Con el cambio de la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación al rango de Ministerio de Cultura, el actual gobierno ha dado un paso clave para afrontar los desafíos que plantea la pronta puesta en funciones del Centro Cultural Presidente Néstor Kirchner.
Dicho Centro
Cultural será el punto central de referencia para el ejercicio del Plan
Nacional de Igualdad Cultural,
del que participarán, naturalmente, los organismos artísticos nacionales.
El compromiso de
los integrantes de la Orquesta Sinfónica Nacional con su público en todo el
país se manifiesta en su trayectoria, rica en iniciativas
genuinas en pos de la difusión de la música nacional e universal, también en
lugares y circunstancias no típicas.
La promesa de una sede propia con instalaciones de tecnología
moderna de grabación, edición y difusión, ha generado, muy desde el inicio del
proyecto, muchas expectativas e iniciativas en la orquesta. Lo comprueban cartas
de la comisión artística del conjunto a las autoridades nacionales (*1), el
seguimiento del proyecto en el respectivo rubro de su red de blogs, y especialmente la sustanciosa
participación de la orquesta en cuestiones de la configuración arquitectónica
del escenario de la Ballena Azul y de
las zonas adyacentes del área musical en general.
Para la Sinfónica
ha sido un gesto muy alentador que la flamante Ministra de Cultura Teresa Parodi, junto con
una comitiva de sus más cercanos colaboradores (2*), nos haya visitado en
nuestro actual lugar de ensayos, el piso 11 del Teatro Nacional Cervantes.
La visita coincidió
con la preparación de un programa de música latinoamericana. Después de la
presentación y bienvenida a cargo de nuestro concertino Luis Roggero, y la
entrega de obsequios simbólicos (material impreso de información histórica sobre
la Sinfónica y un ramo de flores) a la funcionaria, ésta habló a la orquesta,
todo su personal artístico, técnico y administrativo presente.
En sus palabras aludió
a la importancia de la cultura en toda su
diversidad para la construcción de la Nación, las implicancias de la
jerarquización del área de cultura en el Estado, el propósito del gobierno de
la más amplia difusión de los bienes culturales y el futuro de la Sinfónica
como orquesta residente en la Ballena
Azul. Expresó con palabras cálidas su afecto y respeto por la Sinfónica
Nacional, palabras acogidas con especial gratitud y aplausos por parte de los
colegas músicos, ya que la Ministra goza en el ambiente musical de altísima
estima y gran respeto por su propia trayectoria artística. Como tareas inminentes
mencionó a continuación el arduo trabajo que implica la conversión de una
Secretaría del Estado a Ministerio, la necesidad de llevar a buen puerto
algunos asuntos pendientes de aquélla y la de crear nuevas estructuras
administrativas modernas y ágiles para futuras gestiones, como sería, entre
otras, la planificación de la acción cultural para la inauguración del CCK
prevista para el próximo año. Dejó explícitamente en claro que su gestión – a
pesar de ser limitada por lo pronto al año y medio restante del período del
actual gobierno- se esforzaría en avanzar lo suficiente en los propósitos
políticos mencionados “para que ya no haya luego opciones de dar marcha atrás”.
El encuentro
terminó en la más bella armonía. Largo aplauso. El concertino y delegados de la
orquesta formularon palabras de agradecimiento y de compromiso con los desafíos
venideros.
No está demás subrayar
este agradecimiento generalizado ya por el gesto de la Ministra en sí. Hasta
donde llega la memoria de los colegas, nunca antes ocurrió que una máxima
autoridad del área se haya acercado a la orquesta para tramar una relación
personal con el conjunto, proyectando “en vivo y en directo” un compromiso
compartido.
Quedó la sensación
de que esta vez realmente podría abrirse una nueva etapa de diálogo entre la
Sinfónica y las autoridades, que abarque las cuestiones políticas, artísticas,
técnico-administrativas y gremiales a resolver en forma conjunta.
Las tareas
pendientes no son pocas:
En lo técnico-administrativo: cancelación de algunas deudas relativas a servicios
devengados en el área; habilitación de estructuras administrativas y de gestión
para la planificación plurianual de temporadas, compromisos formales con
artistas invitados, servicios afines, etc.; renovación del stock de instrumentos musicales; renovación del stock del archivo musical; provisión de
tecnología y recursos humanos para la producción sistemática de contenidos
multimedia, etc.
En lo artístico:
planificación de temporadas sinfónicas adaptadas a las enormes posibilidades de
producción y difusión del nuevo Auditorio Nacional, la Ballena Azul.
En lo gremial: la
participación de la orquesta en todos los procesos mencionados.
En lo político-gremial:
negociar las pautas, los reglamentos y las modalidades operativas vinculadas
con la práctica de producciones multimedia, tanto en el ejercicio de derechos
de propiedad intelectual (de intérpretes) como en las garantías de de control y
calidad; resolver cuestiones pendientes de las últimas paritarias.
Y ya que esto es la
página de un gremio, cabe mencionar la cuestión de la jerarquía salarial. El
Estado Nacional tiene grandes propósitos con su Orquesta Sinfónica. No debería
permitir más la fuga de valioso personal
artístico. Un
profesor músico en la Orquesta de la Provincia de Mendoza gana actualmente 59%
más que su par en la Sinfónica Nacional, que aporta el doble en cantidad de
producciones anuales. La Orquesta Sinfónica Nacional, la primera orquesta del país, es actualmente la décima en cuanto al
salario de sus profesionales.
Pronto, la Ballena Azul va a surcar los mares de la
cultura sinfónica. Las grandes orquestas de todo el mundo van a querer
presentarse en ella. Ella marca el camino.
Hay que ponerse a
la altura de las circunstancias.
¡Sigan a la
Ballena!
*1
*2
También presente,
entre otros: Rodolfo García (Director Nacional de Artes), Sebastián Schonfeld
(Secretario de Gestión Cultural), Verónica Fiorito (Jefa de Gabinete)